La vida es el regalo mas preciado que nos dio el universo, somos seres dotados de la estirpe primigenia de donde proviene todo lo perfecto del gran espíritu universal. A nuestro alrededor está la imagen real de la vida, la podemos contemplar cuando sentimos el viento que nos mantiene de pie, el agua que hidrata cada célula de nuestro cuerpo, ese fuego que conserva nuestra esencia, porque consume lo que jamás existirá y esa tierra que es el vientre de donde brota la materia viva que nos alimenta, tierra que es la casa de todos los animales que ayudan, al equilibrio de la vida en nuestro amado planeta, el cual es mas que un lugar en el universo, pues realmente, es el vientre donde nosotros, los seres humanos, nos forjamos como hijos del GRAN ESPIRITU. Para ello la vida debe perdurar, ese es nuestro propósito aquí, proteger y multiplicar la vida.
La inteligencia que nos regalaron debe ser utilizada, para ejecutar ese GRAN PROPOSITO UNIVERSAL, así como nuestras amadas abejas, trabajan de manera constante en la propagación de la vida. Ellas son un pilar fundamental para nuestra permanencia, porque dedican cada segundo de su existencia, para dar tributo a NUESTRA MADRE TIERRA, ejecutando la hermosa misión de polinizar, para que cada vez más, haya infinidad de semillas, para mantener la vida en este planeta.
Te has preguntado ¿gracias a quien me estoy comiendo esta manzana? La respuesta es sencilla queridos hermanos, la bondad del espíritu de la creación, diseñó toda una cadena inteligente para que a tu boca llegara un fruto sano y nutritivo, nos enfocaremos en una parte fundamental de esa cadena, para conservar la fuerza e idea de este escrito; ¡¡las ABEJAS!! Pues ellas hacen una labor poco comprendida por los seres humanos, la desconexión del ser de este planeta con el palpitar supremo, ha originado la falta de importancia para empaparnos, de la misión de trabajar día a día, transportando el polen que ayuda a la multiplicación de diferentes semillas para alimentar un planeta entero.
Es por esto que te esperamos con los brazos abiertos, para que vengas a nuestra finca ubicada en Colombia, exactamente en el departamento del valle del cauca, para que juntos resonemos un grito de hermandad y conservar esta hermosa e importante especie, para mantener la vida en este planeta que nos regaló el PERFECTO Y SANTO ESPIRITU.
